«La Ley de hierro de la Oligarquía»
"La Ley de hierro de la Oligarquía"
"La teoría política que explica el funcionamiento del poder y cómo éste corrompe a toda organización e individuo"
"El sociólogo Robert Michels observó la imposibilidad de las estructuras políticas para operar como actores democráticos"
"La matrix - sistema controlado- ha sido diseñado para que nadie pueda escapar de él, siendo su víctima inconsciente"
Por Juan Salvador Martín
Cuando se habla de «democracia» la mayoría de personas piensan en una sociedad libre de corrupción, donde "teóricamente" imperarían los principios de libertad, igualdad y justicia. Esto, aunque en parte es correcto, lamentablemente, no es un explicación completa del término. Ni siquiera es una concepción correcta, previsiblemente por el nivel de adoctrinamiento social presente durante un siglo. Aunque la «matrix» así lo haya descrito, el pueblo es víctima mental de una errónea concepción.
El término «democracia» como otros tantos, ha sido manipulado y usado para tergiversar el concepto, y con ello el pensamiento y creencia, en las mentes de los individuos.
Millones de personas piensan que la «democracia» consiste en elegir cada cuatro años a nuevos «representantes», y que si éstos lo hacen mal, son corruptos o malévolos, tienen «poder» para con su voto destituirlos. Lo cierto es que esto es parte del engaño maquinado por la oligarquía, para restar y controlar a la población. Ya que en realidad, el ciudadano realmente no está «destituyendo» a nadie, simplemente está «sustituyéndolo» por otro político que forma parte de la misma estructura oligárquica, eso sí, con una cara y discurso distintos, pero la cuestión principal, es la misma, ya que se rige por «la ley de hierro de la oligarquía»
¿Pero qué es la ley de hierro de la Oligarquía?
La ley de hierro de la oligarquía es una teoría política desarrollada por el sociólogo italiano Robert Michels, Afirma que el gobierno de una élite, u oligarquía, es inevitable como una «ley de hierro» dentro de cualquier organización democrática como parte de las «necesidades tácticas y técnicas» de la organización.
La teoría de Michels establece que todas las organizaciones complejas, independientemente de cuán democráticas sean cuando comenzaron, finalmente se convierten en oligarquías. Michels observó que, dado que ninguna organización lo suficientemente grande y compleja puede funcionar puramente como una democracia directa, el poder dentro de una organización siempre se delegará en individuos dentro de ese grupo, elegidos o no.
Es decir, en esencia, es la teoría que explica la degradación y corrupción que alcanza cualquier estructura o grupo político a medida que va «alcanzando cotas de poder». Por lo que el poder que emana del pueblo, que es el real, nunca va a regir la sociedad. Porque siempre estará sometido a la oligarquía.
Esta oligarquía es bastamente conocida en la historia, la sociología y la política, y no son precisamente «grupos específicos», sino más bien son estructuras donde los individuos disputan su poder, narcicismo y maldad, compitiendo, corrompiendo y controlando al sistema social.
Una vez entendido esto, seguramente para usted el concepto y la creencia de «democracia» ya no son iguales que antes de leer este artículo. Y no es que le pillara por sorpresa, usted ya conocía la existencia de estructuras de poder antidemocráticas que controlaban el sistema social, sin embargo la «matrix» le ha empujado a autoconvencerse de que el sistema actual es el único posible, "pese" a sus fallos. Aunque esto último signifique aceptar el dominio de unas clases sobre otras.
Ante el planteamiento sólido de que no vivimos en una democracia real, cabe preguntarse, ¿Cuál sería entonces una democracia "real"?
Pues una democracia real es básicamente un sistema social y político donde el poder emana directamente y controlado por el pueblo, mediante la participación de todo el conjunto social, sin representación, sino más bien como «delegación» de responsabilidades directas sobre individuos -no partidos- elegidos por sorteo aleatorío entre los mismos miembros de la sociedad. Se eliminan los grupos políticos y sus estructuras profesionalizadas, y son sustituidas por miembros individuales e imparciales, que pueden ser revocados en "cualquier momento" por el uso de la ley y la fuerza. Estos individuos deben pasar un exámen y firmar un compromiso de «buen hacer» en sus responsabilidades políticas, y si lo incumple, irá a la cárcel y su trayectoría habrá terminado. Será «desterrado» socialmente para siempre. También se modifica el concepto de «representación» y es sustituido por «delegación» esto significa, que se elimina la posibilidad de independencia e interés personal o grupal que ese individuo pudiera tener, por lo tanto al delegar, lo que se hacer es "cargar" una responsabilidad y se le obliga a obedecer los dictámenes de la mayoría social.
La masa social - que superase el exámen cultural y moral- elegiría por sorteo a esos individuos que se llamarían «senadores», los cuáles atenderían los problemas sociales de la nación, y consultarían, todas las decisiones antes de decidirlas.
Añadidido a esto, habría una clara separación de poderes, junto con el legislativo - explicado antes- se establecería un poder judicial independiente, eliminando la posibilidad de designaciones a dedo, siendo sustituidas por «acceso mediante estudios y contrato social de responsabilidad». Al igual que en el caso de los senadores, los jueces estarían sometidos a los dictámenes de los intereses de la masa social, en caso de mala praxis o corrupción, sería destituidos y encarcelados.
Además se daría espacio amplio a las iniciativas privadas para asuntos relacionados con transporte, industria e innovación, sin tanta intervención estatal, ya que las estructuras privadas pueden ser removidas en caso de «incumplimiento social», pero a la vez se genera riqueza al permitir la libertad económica de los individuos. La dignidad humana por encima del capital financiero, pero permitiendo al capital financiero operar con criterios morales y éticos.
Al igual la constitución sería un documento consensuado en el senado y revisado por los jueces, que sería un documento de obligada aplicación, una especie de «contrato social» al que todo el mundo estaría obligado a cumplir, en caso contrario, los jueces tendrían potestad para enjuiciar a los incumplidores.
Esto, en esencia, y de forma resumida, sería una democracia real. El modelo más parecido que ha existido ha sido el ateniense. Claro está, que habría que adaptarlo a la sociedad moderna de hoy día.
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